Si hay una fiesta que es nuestra por todos los conceptos es el hallazgo de las reliquias el 26 de octubre de 1223.
Algunos años si el tiempo lo permite, se va en procesión hasta la Cruz de los Santos, al pié del Olivo de los Santos, lugar donde la Tradición cuenta que se encontraron las Santas Reliquias. A la misa le sucece una fiesta familiar, con chocolate con churros y últimamente se celebra un concerto de gran nivel.
No se sabe con certeza, pero en algún momento de la dominación musulmana, las reliquias viajan desde Sevilla, por la vía de la plata, hasta Mérida. no sabemos por qué razón, pero en el camino hacia el norte se desvían hacia las montañas de las villuercas. Los clérigos entierran el sarcófago dónde venían las reliquias y van a permanecer varios siglos olvidadas.
hasta que inesperadamente un Labrador preparando la tierra se sobresaltó cuando la reja del arado, tirado por yuntas de bueyes, tropezó con un sarcófago de mármol de alabastro sin labrar. Según la tradición local esto ocurrió un 26 de octubre de 1223. esta tradición sigue contando cómo el hombre un poco asustado bajó al pueblo y con las autoridades locales descubrieron todo el increíble tesoro.
dos cabezas huesos grandes de brazos y piernas y otros muchos pertenecientes a todas las partes del cuerpo, un velo y un peine. y junto a ellos había unos pergaminos antiguos que explicaban la historia d la huida de los clérigos sevillanos con las reliquias, acreditando que los restos encontrados pertenecían a los Santos hermanos Fulgencio y florentina.
los restos se trasladan inmediatamente a la iglesia mozárabe de berzocana, perteneciente al Cabildo de Trujillo y a la entonces joven diócesis de Plasencia. más tarde en 1334, simultáneamente a la apariciónde la Virgen de Guadalupe, Alfonso onceno ordena su exhumación y se colocan tras una verja al lado del Evangelio para la veneración de los fieles.
